Realmente pocas veces encontramos retos tan únicos como el que hemos realizado con las Carmelites. Su reto, y también el motivo de nuestra colaboración, ha sido comercializar los productos que producen cuidadosamente en su obrador.
El proyecto se ha convertido en la creación de un espacio de tienda dentro de su espacio de clausura, a través del lector. La primera idea, era hacer un interiorismo que transmitiera la sencillez y la sensibilidad de las monjas. Así que escogimos un mueble antiguo que estaba olvidado, para despertarlo en una nueva vida y darle un nuevo uso.